Según el Dalai Lama, ante la crisis actual no basta con rezar, la pandemia es una «lección de responsabilidad universal» y todos debemos actuar siendo solidarios, aunando voluntades y esfuerzos. Solo así haremos frente a esta crisis humanitaria tan urgente.
El modo en que manejan los budistas la crisis del coronavirus no deja de ser una referencia que considerar. Aunque bien es cierto que esta práctica recurre básicamente al aspecto espiritual, el enfoque que utilizan a día de hoy resulta muy efectivo para reducir el efecto del estrés y la ansiedad, preocupándose a su vez, por el bienestar psicológico del prójimo.
No hace mucho que se pronunció el Dalai Lama pidiendo una respuesta mundial coordinada. Desde que cancelara todos sus compromisos el pasado 12 de febrero, se encuentra retirado pero recurriendo de manera periódica a las redes sociales para dejar algún que otro mensaje. El líder espiritual tibetano enfatizó no hace mucho algo relevante: ahora mismo no basta solo con rezar.
Según sus propias palabras, los rezos no siempre sirven para conseguir la paz mental. Tampoco los buenos deseos lograrán que la enfermedad desaparezca de nuestro mundo. Es momento, según el Dalai Lama, de establecer adecuadas medidas preventivas y tomar plena conciencia de que para salir de esta crisis, se necesitan aunar esfuerzos mundiales.
La solución pasa por promover «un espíritu de solidaridad y cooperación conjunta», insiste el líder espiritual. Solo así, hallaremos una vacuna y se garantizará a su vez, las necesidades esenciales de las personas más necesitadas.
¿Cómo manejan los budistas la crisis del coronavirus?
Sabemos que el budismo se inició en el siglo VI a. C y que a día de hoy, hay tres escuelas principales que la representan: theravāda, mahāyāna y vajrayāna. Es también una de las religiones más antiguas y de las más extendidas y practicadas. Ahora bien, algo que resulta interesante es el hecho de cómo se ha ido adaptando a los contextos sociales y culturales.
El mundo moderno y en especial, occidente, ha integrado muchas de sus principios, hasta el punto de que en ocasiones vemos el budismo más como un tipo de filosofía y no como una religión. Asimismo, el campo de la psicología también se ha interesado por este campo de manera casi recurrente. Ejemplo de ello son las colaboraciones entre Daniel
Goleman y el Dalai Lama.
El libro Una fuerza para el bien fue el resultado de esa interesante colaboración entre ambas figuras. Un trabajo enfocado básicamente en analizar cómo la meditación, la compasión o la bondad pueden cambiar nuestra sociedad y proporcionar bienestar al ser humano.
Sabemos, por tanto, que esta antigua religión proporciona a mucha gente una visión inspiradora, esa desde la cual, favorecer su propia transformación y a su vez, dar forma a un mundo más humano, más solidario y consciente.
Descubrir cómo manejan los budistas la crisis del coronavirus no solo es interesante. También nos puede facilitar una perspectiva a seguir. Veámosla.
El cuidado de la salud y la protección de los más desfavorecidos, algo prioritario
El propio Dalai y los monjes del Tíbet iniciaron el confinamiento mucho antes que otros países. A mediados de febrero dejaron de ofrecer actos públicos para iniciar la reclusión y el aislamiento. Asimismo, dentro de las tradiciones budistas, la atención a la protección de la salud, así como los rituales de curación y protección están bien arraigados.
Esto se traduce en el énfasis del uso de mascarillas y pantallas protectoras, cuidar la higiene y evitar las reuniones y el contacto social. Por otro lado, algo que saben también los monjes budistas, es que son muchas las personas que no pueden realizar confinamientos y que a menudo prefieren arriesgarse a sufrir la enfermedad que a dejar de trabajar.
Quedarse en casa, supone en muchos casos, morir de hambre.
De ahí que el Dalai Lama insista: no nos basta con rezar por quien sufre. Necesitamos una respuesta global combinada para detener la pandemia y a su vez, para dar respuesta a quien lo está perdiendo todo.
Meditación y visualización para reducir el estrés
El modo en que manejan los budistas la crisis del coronavirus pasa sin duda por los rezos, la meditación y las estrategias de visualización. Algo que saben bien los monjes y que declaran a través de su líder espiritual es que aunque las oraciones no sean la respuesta ni la solución a estos momentos de dificultad son un vehículo para infundir en el corazón de las personas confianza, equilibrio y esperanza.
Un ejemplo, en el Tíbet recitan mantras a Tārā, una diosa femenina asociada con la compasión y el bienestar con el fin de obtener su protección. Asimismo, los practicantes de Vajrayāna hacen uso de los ejercicios de visualización, una estrategia para conectar también con las deidades, sentir su calma y pedirles su cercanía y energía para favorecer la resolución de la actual crisis.
La meditación, además, se alza como ese recurso que trasciende incluso a la religión budista. El propio mindfulness se ha integrado en el campo de la psicología como un adecuado ejercicio para reducir el estrés y la ansiedad, entrenar en enfoque mental y favorecer el manejo de las emociones.
El modo en que manejan los budistas la crisis del coronavirus incluye las prácticas de meditación diarias como un modo más que idóneo de reducir la preocupación, de sintonizar cuerpo y mente hacia un punto de necesario equilibrio y bienestar. Ahora mismo, es lo que más necesitamos.
Para concluir, más allá incluso de si conectamos con el budismo, de si estamos o no de acuerdo con su fe, el modo en que afrontan la situación actual no deja de ser inspiradora. Nunca está demás, si lo deseamos, aplicar alguno de estos enfoques.
Por: Psicóloga Valeria Sabater