Psiconsultar Online

Cómo evolucionar de a dos

Del idilio de los primeros tiempos a la rutina del día a día. Aprendamos a conocer qué nos depara cada etapa de la relación para ponerle una pizca de pimienta y mucha inteligencia.

De dónde venimos y hacia dónde vamos son las dos preguntas básicas de la existencia del hombre. Sin embargo, este camino no es en solitario. Nuestra pareja en es quien encontramos la compañía ideal para este viaje. Pero como las personas cambian, los noviazgos y matrimonios, también. Para triunfar en el amor y hacerle frente a las transformaciones, no tenemos que olvidar de cuidar los tres pilares de una vida de a dos: a nosotros mismos, a la persona que tenemos al lado y a la relación.

“Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender”, enunció la escritora francesa FrancoiseSagan. Por eso, es fundamental saber dónde estamos parados para comprender, luego, hacia dónde va la pareja. Si bien no todas las relaciones son idénticas, existen cinco etapas que suelen repetirse en la mayoría de los casos. Visualizar tu ubicación puede ayudarte a evolucionar. ¿En cuál estás vos?

1- El enamoramiento
Es la proyección ideal de pareja –consciente e inconsciente- que todos hacemos de aquellas personas que nos conquistan. Estás en un estado emocional placentero por haber encontrado un par con quien compartir la ida. Es el momento de mayor atracción y devolución. El mundo es color de rosas.

2- “Necesitamos conocernos más”
Luego de los fuegos artificiales, la relación se torna más real y sin tanta idealización. Es el momento de tomar decisiones con respecto a la pareja y a su evolución. Tiempo de conocerse más, de descubrir defectos y virtudes, y de construir proyectos juntos. Escuchar y comprender al otro son las claves para levantar cimientos duraderos.

3- “Algo no funciona”
Pequeñas, medianas o grandes. Las primeras crisis reflejan el paso del tiempo y el desgaste de ciertos códigos. No significa barajar y dar de nuevo, pero sí, replantear ciertas cosas para que la pareja invierta para edificar la confianza, la pasión y la amistad. Sentarse a hablar y poner todo sobre la mesa es la mejor opción.

4- La estabilidad
Dicen que lo que no mata, fortalece, y en las relaciones de a dos pasa lo mismo. Salida de la crisis, la pareja tiende a fortalecerse. Conocerse más y resolver sus problemas juntos es la mejor manera para disfrutar de esta etapa. Sin embargo, no hay que confundir estabilidad con quietud: el paso a paso es mejor con equilibrio, serenidad e intimidad.

5- Inercia
El “estar por estar” es la peor enfermedad para cualquier pareja. La indiferencia y la eterna espera a que “el tiempo haga lo suyo” no ayudan a resolver problemas a construir de a dos. La necesidad de innovar con factores externos como viajes, hobbies en común o salidas nocturnas pueden ser una gran propuesta para transformar el tiempo en placer. Si realmente se ha extinguido el amor, y no sólo es una cuestión de desgaste, tomar caminos separados es otra de las opciones.

Seguro te sientes identificado con algunas de estas etapas. Lo bueno es no anclarnos en ninguna etapa que nos hace daño y nos impide crecer.

Enemiga silenciosa

Después del primer tiempo de enamoramiento, las relaciones se tornan más íntimas pero también más automáticas, más rutinarias. Si bien, como dicen, la pasión no puede durar para siempre, sí podemos alimentar el entusiasmo. Algunos tips para ayudarte a lograrlo:

  • Trabajo part time: después de una extensa jornada laboral, dejemos los problemas del trabajo afuera para ocuparnos de nosotros, del vínculo.
  • Hacer el amor y también tener sexo: para que en la pareja siga el misterio, lo excitante y las sorpresas, busca equilibrar el compromiso y la responsabilidad con el juego y la emoción en el plano sexual. Mantén vivo el erotismo.
  • Elevar la autoestima: desprendámonos de los complejos físicos y emocionales que muchas veces nos limitan. Seamos conscientes, los dos, de lo afortunados que somos de tenernos el uno al otro.
  • Crear distancia: ninguna relación, con o sin convivencia y por larga que fuera, implica dejar tener momentos de soledad. Por eso, es bueno establecer espacios físicos e intelectuales que sólo nos pertenezcan a cada uno para potenciar, así, la intimidad y el tiempo juntos.
  • Demostrar y no mostrar: la comodidad en exceso es enemiga de la pasión y la lujuria. Por eso, los especialistas recomiendan mantener vivo el interés por el otro cuidándonos, arreglándonos y encendiendo siempre que podamos la llama del enamoramiento del primer tiempo de noviazgo.
  • Idealizar en su justa medida: cualquier película romántica parecerá un amor perfecto, muy lejano al que vivimos a diario. Sin embargo, la realidad no tiene cortes ni edición: las expectativas poco realistas respecto de la relación pueden ser autodestructivas. Disfruta del amor sin que los “peros” te atrapen.

Intereses que van cambiando y necesidades que se modifican según evolucionamos, las relaciones de pareja no responden a una sola fórmula, porque hay tantos modelos como personas existen. Por eso, la sugerencia que podemos tener presente es no atarnos a esquemas fijos, reformular el vínculo cada vez que sea necesario y dialogar, siempre dialogar. Pensemos que, sobre la base del amor y la comprensión, todas las diferencias se pueden amalgamar.