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Cómo relacionarte con una persona con depresión

Cuando un amigo o familiar tiene una depresión, no siempre es fácil saber qué decir o cómo comportarse con esa persona. Incluso palabras o gestos totalmente bienintencionados pueden causar más mal que bien debido a la interpretación negativa que puede hacer de ellos la persona deprimida.

A veces, los seres queridos tratan de ayudarle diciendo cosas como que intente animarse, que ya no es la misma persona, que echan de menos a la persona que era antes, que debería salir más, hacer cosas, etc. No obstante, si la persona deprimida pudiera hacer todo eso, no estaría deprimida, así que decirle este tipo de cosas puede hacer que se sienta peor al pensar que se ha convertido en alguien desagradable, que ya no gusta ni a su propia familia o amigos, o bien puede culparse por su propia incapacidad para salir del estado en que se encuentra y sentirse incomprendido y solo.

Otros tratan de minimizar el problema diciendo algo como “tienes muchas cosas buenas en la vida”, como si no tuviera derecho a estar deprimido, o recurren a frases hechas, como “el tiempo lo cura todo” u ofrecen diversos consejos: que haga ejercicio, que coma mejor, que tome algún suplemento alimenticio… A menudo, la mayoría de los consejos son, por desgracia, malos consejos que la persona deprimida no quiere oír y que, seguramente, ya ha intentado sin conseguir nada. Expresiones como “todo está en tu cabeza”, “trata de ver el lado positivo de las cosas”, “no dejes que todo te afecte tanto” o “es que eres muy sensible/tímido/miedoso/etc.”, solo sirven para que se sienta peor.

En realidad, el mejor modo de comportarse con una persona deprimida consiste en comportarte como siempre lo has hecho, escuchar lo que tiene que decir y confiar en que sabrá salir de esta por su cuenta.

Es importante que tengas en cuenta que una persona tiene derecho  a estar deprimida, igual que tiene derecho a enfadarse cuando la tratan injustamente. La depresión no es algo de lo que hay que librarse a toda costa, sino un estado que empuja a la persona a hacer ciertos ajustes necesarios en su vida y que dura lo que tiene que durar. Estar a su lado mientras dure, aceptar sus silencios cuando no quiera hablar, mostrarle con tu comportamiento que estás ahí para lo que necesite y que no vas a rechazar a esta persona por estar deprimida, es lo mejor que puedes hacer.

Pregúntale cómo está y escucha lo que tenga que contarte, sin tratar de buscar soluciones o dar consejos (a no ser que te los pida). No sabes lo que siente por dentro porque no estás en su piel y porque cada uno vive su depresión a su manera, pero sí sabes que se siente mal y eso es lo más importante: que reconozcas y aceptes que no está bien, que sepa que cuenta contigo y no te va a perder por estar deprimido y que si solo se siente con fuerzas para ir a dar un paseo por algún lugar solitario sin apenas hablar, podéis hacer eso juntos, aceptando su silencio, en vez de hacer las cosas que hacíais antes habitualmente.

La persona deprimida puede necesitar distraerse de sus pensamientos y sus emociones y tú puedes ser esa distracción. Un simple paseo durante el cual le cuentas cosas de tu vida, la última película que has visto, alguna anécdota curiosa que te ha sucedido en el trabajo o le enseñas las últimas fotos que has hecho, puede ayudarle a salir durante un rato de ese estado deprimido.

Los pequeños gestos pueden jugar también un papel importante porque demuestran que esa persona te importa. Por ejemplo, meter en su buzón (mejor el de verdad que el electrónico) una bonita tarjeta con un simple “Te mando una sonrisa” o algo similar que le transmita tu cariño y calidez, puede tener un gran valor para una persona deprimida que, muy posiblemente, se ve a sí misma como alguien sin valor a quien nadie podría querer realmente.

Recuerda que la depresión no es algo que te quitas de encima solo por desearlo. Frases como “venga, anímate”, es casi como decirle “da un salto y sal volando”. Le ayudarás más diciendo algo tan simple como: “Siento mucho que te sientas así y quiero que sepas que puedes contar conmigo y que me tienes aquí para lo que necesites y que, mientras estés conmigo, no tienes que fingir nada; si no tiene ganas de hablar, pues no hablas y si quieres llorar, puedes llorar y si no quieres hacer nada, pues no tienes que hacer nada. Yo aquí seguiré, como un roble.”

Deja que sepa que entiendes que salir de una depresión no es fácil, que puede tomarse todo el tiempo que le haga falta hasta encontrar el modo de superarla y que, mientras tanto, tú estarás ahí , disponible para cualquier cosa que necesite.