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Complejo de superioridad: la inseguridad que no se ve

Por estadística, seguro que conoces a una persona altiva, que se cree implacable y que se considera mejor que nadie. Lo más probable que tenga complejo de superioridad. Aquí te contamos más sobre la inseguridad que se esconde tras ello.

Ante los sentimientos de inferioridad o inseguridad que podemos albergar o experimentar, algunas personas ven erosionada su autoestima, se infravaloran y se mantienen en segundo plano. Sin embargo, otras intentan compensarlos y desarrollan lo que en psicología se denomina complejo de superioridad.

Este término complejo de seguridad fue acuñado en los años 90 por el psicólogo Alfred Adler y hace referencia al mecanismo psicológico por el que determinadas personas se centran y destacan sus cualidades positivas para destacar o distraerse de sus cualidades menos deseables. A continuación, profundizaremos un poco más en este mecanismo, sus causas y síntomas.

El complejo de superioridad
Las personas que tienen complejo de superioridad son, en apariencia, personas con confianza, con una alta percepción de valía personal. Tanto, que suelen comportarse de manera condescendiente y con cierto desprecio. Ven a los demás son inferiores y, por ello, creen merecer un trato prioritario.

La clave de este mecanismo es que las personas que lo sufren en realidad se sienten inferiores a los demás y necesitan mostrar una apariencia y un discurso más positivos sobre ellos mismos para sentirse mejor. El problema es que van arrasando allá por donde van, tratando mal y denigrando a personas.

Rasgos y síntomas
El complejo de superioridad se refleja en la atribución de rasgos inferiores a otras personas, así como se inflan las propias habilidades y cualidades. Esto se manifiesta a través de diferentes conductas y actitudes que son fácilmente detectables.

  • Expectativas muy altas y poco realistas sobre uno mismo y los demás.
  • Necesidad de llamar la atención.
  • Facilidad para sentirse herido u ofendido.
  • Tendencia a rechazar opiniones de otros y a sobrevalorar la propia.
  • Aislamiento social por sentir a los demás diferentes.
  • Trato desagradable e incluso de burla.
  • Exageración y alardeo sobre su inteligencia, habilidades, belleza, etc.
  • Necesidad de admiración y refuerzo de forma constante.
  • Le cuesta asumir la responsabilidad, pues no consideran que cometan errores o que los que cometen no tienen las consecuencias que en realidad tienen.
  • Piensan que otras personas pueden tenerle envidia o que son objeto de críticas.

Causas del complejo de superioridad
Resulta complicado comprender y describir todas las razones que llevan a una persona a tener un complejo de superioridad. Sin embargo, se puede tratar de entender qué experiencias pueden haber determinado este mecanismo psicológico de protección. Teniendo en cuenta que quien lo sufre en realidad esconde sentimientos de inseguridad e inferioridad, es posible que se haya construido esta actitud como un muro para no mostrar vulnerabilidad.

Sentirse superior, considerar a los demás como menos valiosos y necesitar la aprobación se relaciona con la autoestima. Esta dimensión psicológica se construye a lo largo de la infancia y la adultez. Así, es posible que estas personas hayan tenido experiencias que han dañado y debilitado su propia percepción. Por ejemplo, haber sufrido acoso escolar o no haber recibido por parte de su familia todo el cariño y apoyo que necesitaba.

Además, es posible que a lo largo de la construcción de su autoestima y personalidad, hayan contado con modelos adultos similares. Es decir, puede ser que el padre o madre actuara de la misma manera, lo que conlleva que el niño o niña aprenda a defenderse y a relacionarse con su entorno de una forma distorsionada y basada en juicios de valor erróneos. Incluso podría ser que sus padres le hubieran ayudado, mediante la educación recibida, a crearse una imagen exagerada de sus cualidades y llevándole a generar una necesidad de estar “a la altura” difíciles de mantener.

En definitiva, no han aprendido a comunicarse con los demás de forma asertiva y, mucho menos, a valorar su entorno, sus recursos y los de los demás, de manera realista. Por ello, es importante, en cualquier momento vital, reflexionar acerca de los esquemas mentales que manejamos y entender que todas las personas tienen virtudes y defectos y que esto no les hace mejores o peores personas.

Cómo tratar a personas con este complejo
Una vez se comprenden cuáles son los comportamientos de estas personas y sus motivaciones más frecuentes, es apropiado tratarlas con cautela y respeto. A nadie le agrada recibir una mala contestación o ser tratado con desprecio, pero poco o nada ganamos respondiendo de la misma forma. Existen otro tipo de respuestas asertivas que pueden evitar la escalada de un plausible conflicto.

Además, nadie tiene la culpa de ser como es; no olvidemos que de esta forma de ser o de posicionarse frente a la vida también suele obtener una buena dosis de dolor y sufrimiento. Si es posible, ofrécele ayuda. Si no, toma distancia y dale tiempo para resolver sus asuntos si lo considera necesario. No obstante, si esa persona te molesta o hace daño, siempre puedes decirle de forma asertiva qué contestación o comportamiento ha sido dañino.

Por: Psicóloga María Vélez