Nos evitaríamos muchos problemas si desarrolláramos desde niños algunas capacidades. Una de ellas, sin duda, es la resiliencia.
Fomentar las resiliencia es posible desde la infancia. No es necesario que pasen màs años para que el pequeño adquiera esa valiosa actitud.
Resiliencia es esa capacidad que le permite al ser humano mantenerse a flote frente a las adversidades, superarlas y fortalecerse a partir de ellas. Los problemas de los niños son, por supuesto, de una dimensión diferente a la de los adultos. Pero esto no quiere decir que no se pueda fomentar la resiliencia.
La siguiente serie de estrategias te ayudaràn a fomentar la resiliencia en los niños. Se trata de acciones simples y hasta obvias, que sin embargo muchas veces se olvidan. No dejes que esto pase, seguro que un niño te agradecerà toda la vida que le ayudes a ser màs resiliente.
Que aprenda a hacer amigos.
Para fomentar la resiliencia es necesario que le enseñes a hacer amigos. El aislamiento es un factor que promueve la inseguridad y el miedo. Un niño aislado es un niño al que hay que prestar atención. Piensa que no todos los niños cuentan con una gran habilidad para manejarse socialmente.
¿Còmo enseñarle a hacer amigos? Con cuidado, no contar con amigos puede ser un tema muy sensible para un niño. Por lo tanto nunca es una buena idea señalarle como el culpable de esa situación. Si lo hacemos es probable que adopte alguna de estas dos actitudes: encerrarse en sì mismo para protegerse o realizar intentos desesperados y a veces incluso peligrosos para que alguien lo acepte.
Por otro lado, un niño que no tiene amigos, normalmente es un niño inseguro. Nosotros como adultos debemos reforzar la seguridad diciéndole todo lo que hace bien en contextos sociales. Tambièn podemos corregirle, pero centrándonos siempre en comportamientos concretos y solo delante de personas en las que el niño confìe.
Que aprenda a ayudar a los demás.
La solidaridad y la cooperación son fundamentales para el desarrollo emocional. Si el niño aprende a ayudar a los demás, se sentiràmàs útil y valioso. Tambiènfortalecerà su capacidad para establecer empatìa. Esto en el futuro será uno de los pilares de su fortaleza psìcològica.
Piensa que la mejor manera de fomentar la ayuda a los demás es con tu ejemplo. Primero ayudándolo a èl y al mismo tiempo promoviendo esa actitud en la familia. El juego es una vìa ideal para que compruebes por sì mismo los beneficios de trabajar en equipo.
Que establezca y mantenga una rutina.
Establecer una rutina es fundamental para los niños, especialmente para los màs pequeños. Les da una sensación de seguridad y de estabilidad. Disminuye sus temores y sus ansiedades porque saben lo que va a ocurrir a continuación. Ademàs, la rutina le permite al niño evaluar si està viviendo “correctamente” o no.
En principio, deben existir horarios para acostarse, levantarse. Tambièn los horarios de la comida deben estar muy definidos. Lo mismo debe ocurrir con los tiempos de escuela, de tareas e incluso descansos. Estos horarios solo deben ser alterados si hay razones de fuerza mayor.
Que aprenda a cuidarse.
Si lo que pretendemos es fomentar la resiliencia, el niño tiene que aprender a ser responsable con una
motivación futura: su propio bienestar. Esto no quiere decir que deba cuidarse solo. Màs bien que debe pensar en su bienestar físico y emocional cuando estè solo y no tenga el amparo de los padres o adultos de la familia.
Es importante que cuando le des la comida, le indiques por què es saludable para èl. Y la importancia que esto tiene. Tambièn es bueno que inculques la importancia del deporte, de la risa, de la higiene y la buena presentación personal. Èlaprenderà el autocuidado con la pràctica, en todo caso.
Que aprenda a descansar.
El descanso es tan importante como el trabajo. Para realizar las actividades de forma adecuada es bueno que el cuerpo estè descansando y la mente despejada. Por ejemplo, de nada sirve estudiar mucho si no dejamos que nuestra mente asimile y procese todo ese conocimiento con el que trabajamos.
Como hemos dicho en los puntos anteriores, es bueno que des ejemplos y tù también respetes el tiempo de descanso. Por otro lado, descansar no significa necesariamente estar sin hacer nada, simplemente en muchos casos podemos lograr sus beneficios realizando actividades que no requieran un gran nivel de atención.
Que aprenda a establecer metas.
Este es un elemento trascendental. Es bueno que el niño aprenda a fijarse metas razonables en función de sus capacidades y recursos. El hecho de que aprenda a marcarse metas que van a demandarle un esfuerzo, pero que al mismo tiempo puede lograr, va a ser un refuerzo enorme para su autoestima. Ya sea en la infancia o durante toda la vida.
Por otro lado, màs que metas de logro, el niño necesita en esta etapa metas de cumplimiento. Esto quiere decir que, por ejemplo. En lugar de pedirle que alcance determinada calificación en la escuela, màs bien la meta debe ser que aprenda unas buenas técnicas de estudio y que las ponga en pràctica un rato todos los días. Celebra que lo haya hecho, Hazle ver que esto es en sì mismo un gran logro.
Que aprenda a ver las dificultades como un reto.
Hay muchos pequeños eventos cotidianos que el niño ve como grandes dificultades. Recuerda que son seres frágiles e inmaduros. Para ellos, no poder alcanzar un elemento que està sobre un estante puede ser fuente de gran frustración. Es ahì donde es bueno que entres y conviertas ese “gran problema” en algo relajado, que se puede resolver. Muèstrale con tu actitud que la angustia està de màs. Cuando sea un poco màs mayor, evalúa con èl, animadamente, còmo se puede resolver la situación.
Si aplicas estos sencillos consejos contribuiràs a que el niño sea màsresiliente. Es uno de esos regalos que, sì se dan en la infancia, evitan muchos problemas en esa etapa y en etapas futuras. Fomentar la resiliencia, por tanto, es uno de los grandes retos de crianza.