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Distanciamiento afectivo en la familia ¿por qué ocurre?

Falta de comprensión, valores diferentes, palabras que no se olvidan… La distancia entre algunos miembros de la familia puede deberse a distintas causas. Este es, además, un hecho que se da con más frecuencia de la que pensamos. ¿Te sientes identificado?

El distanciamiento afectivo en la familia no sucede de un día para otro. Por lo general, se macera poco a poco al acumular un exceso de decepciones, rencores callados ante determinados comportamientos, palabras dichas o silencios que enfriaron emociones. Sea como sea, todas estas dinámicas pueden darse en cualquier miembro de la unidad familiar y dejar heridas perecederas.

Padres e hijos, hermanos, tíos, primos, abuelos… Es muy posible que nosotros mismos hayamos vivido esta realidad con más de un miembro cercano. De hecho, la distancia física, y sobre todo emocional, se da con más frecuencia de la que pensamos. Son muchos los hogares que cuentan con algún familiar que ya no viene de visita, que no felicita en días de aniversarios ni llama por teléfono para saber qué tal va todo.

Para muchos, es ley natural. No es fácil llevarse bien con todos los que integran un árbol familiar. Sin embargo, esta situación resulta un poco más problemática cuando surge entre padres e hijos. Así, y aunque tengamos claro que los lazos de sangre no aseguran el afecto ni son una imposición para mantener ese vínculo, dicha situación puede vivirse con cierta tristeza por alguna de las partes.

Profundicemos en ello.
Distanciamiento afectivo en la familia ¿cuáles son las causas que hay detrás?

El distanciamiento afectivo en la familia es un tema bastante descuidado en la literatura de investigación. Disponemos, por ejemplo, del trabajo realizado por el neuropsiquiatra Richard Conti, de la Universidad Kean de Nueva Jersey. Algo que nos revela es que estas situaciones se dan con bastante frecuencia y que se dan en mayor grado entre primos, tíos y sobrinos. Sin embargo, donde surge mayor sensación de angustia y desgaste psicológico es en la familia nuclear (padres e hijos).

Así, cada vez se habla un poco más sobre el tema. Y se hace también porque vemos figuras públicas que dan el paso, que hablan sobre ello o nos hacen ver que alejarse de las respectivas familias es algo común. Ahí tenemos, por ejemplo, a los duques de Sussex dejando atrás a la familia real británica para iniciar su vida en otro país. También Anthony Hopkins ha hablado más de una vez sobre el hecho de no haber hablado con su hija en casi dos décadas.

Visto desde fuera, nos puede resultar triste y hasta incomprensible. Sin embargo, las dinámicas que se tejen en un hogar y entre un grupo de personas llegan a ser muy complejas. Salvador Minuchin, médico psiquiatra y destacado terapeuta familiar, decía que crecer y madurar es aprender a separarse. No obstante, hay separaciones que se dan de manera dolorosa y hasta distorsionada creando heridas para siempre.
Comprendamos ahora cuáles son las causas del distanciamiento afectivo en la familia.

Expectativas y valores diferentes
¿Cómo concibes la vida? ¿Qué esperas de ti? ¿Cuáles son tus valores? A menudo, cuando nos respondemos a estas cuestiones descubrimos que nuestros familiares mantienen unas ideas muy opuestas a las nuestras. Sin embargo, esto no debería ser ningún problema. Las mejores familias no son aquellas que coinciden en todo, sino las que a pesar de las diferencias existentes, se respetan.

Esto último no es algo que se dé muy a menudo. El origen de muchos distanciamientos surge por el choque de valores y expectativas irreconciliables. Hay padres que sitúan en sus hijos unas elevadas expectativas e hijos que no encajan en las visiones particulares de los progenitores.

Comportamientos que desgastan relaciones
Madres emocionalmente frías, padres autoritarios, hijos egoístas, hijos con una comunicación violenta y un comportamiento impulsivo… En un hogar pueden conjugase infinitas dinámicas insalubres, muchas de ellas ocasionadas a menudo por trastornos psicológicos no diagnosticados. Otras por estilos de personalidad que llevan chocando entre sí desde hace décadas.

Esa variedad de caracteres va creando poso, abriendo heridas que no cicatrizan y haciendo de la convivencia algo insufrible. Poco a poco, ese distanciamiento afectivo en la familia se hace más patente y evidente. Los hijos dejan el hogar y espacian las visitas y el contacto hasta que llega un momento en el que ese vínculo se desgasta para siempre.

A menudo, se puede experimentar alivio por esa distancia, por no tener que verse en situaciones dolorosas y problemáticas. No obstante, en ocasiones, a pesar del silencio en la comunicación, sigue pesando la sombra de la tristeza y la decepción.

Parejas de los hijos, divorcio o fallecimiento de uno de los padres
Otra causa del distanciamiento afectivo en la familia puede explicarse por la presencia de nuevas figuras en la unidad familiar o, a su vez, por la ausencia de alguna de ellas.

  • En ocasiones, las parejas de los hijos hacen que se reformule el vínculo familiar por completo.
  • Sucede lo mismo en caso de separación o divorcio de los padres. Si alguno de los progenitores tiene una nueva pareja puede darse un cambio en la relación.
  • Asimismo, también suele darse otro hecho. Cuando fallece alguno de los progenitores también puede enfriarse el trato con ese padre o esa madre que se queda en el hogar. Esto se da sobre todo cuando los hijos tienen buena relación con su padre y no con su madre o a la inversa.
  • La pérdida de la figura más querida supone, en muchos casos, un impacto bastante complejo al tener que tratar a ese otro progenitor con el que nunca se ha llevado bien.

Situaciones traumáticas y distanciamiento afectivo en la familia
Existe otro factor decisivo en el origen del distanciamiento afectivo en la familia: los traumas. El abuso físico o psicológico, el maltrato, el consumo de alcohol o las drogas y las dinámicas que se crean en estas situaciones dan forma a unas heridas a menudo insalvables que explican, sin duda, la ruptura paulatina del vínculo.

Para concluir, tal y como podemos ver, son muchos los desencadenantes de la ruptura de la relación entre los miembros de un hogar. No obstante, cabe señalar que esa distancia suele estar justificada: conflictos insalvables, sufrimientos, violencia intrafamiliar… Ahora bien, a pesar de que ese alejamiento sea en ocasiones necesario, la sociedad sigue viendo este hecho con malos ojos.