A veces las relaciones con los padres generan sufrimiento; además, hay padres o madres que no están bien psicológicamente, lo cual puede conllevar efectos perjudiciales para los hijos. Hoy hablaremos de 5 de los efectos (o consecuencias) de separarse de una madre tóxica.
Las relaciones entre padres e hijos no siempre son como uno espera o imagina, o incluso como la sociedad “nos dice” que son. No hay vidas perfectas ni idílicas, aunque a veces nos cueste asumir que así es. En ocasiones, uno de los progenitores manifiesta una serie de comportamientos que nos genera sufrimiento y nos perjudica y a veces los hijos toman decisiones tan duras como alejarse de ese progenitor en cuestión. Hoy hablaremos de los efectos de separarse de una madre tóxica.
¿Cómo puede afectarnos, a nivel emocional, una decisión de este tipo? ¿Cuáles son los efectos de separarnos de una madre con la que mantenemos una relación tóxica o que presenta una serie de comportamientos perjudiciales para nuestra autonomía y bienestar? Vamos a conocer algunos de ellos.
Efectos de separarse de una madre tóxica
¿Cuáles son los efectos de separarse de una madre tóxica? ¿Son todos negativos o también hay positivos? Entre ellos, encontraremos algunos de los descritos por testimonios reales que han vivido esta situación.
Nos centraremos, sobre todo, en lo que podemos sentir a nivel emocional (y social) cuando tomamos una decisión tan dura como esta.
Aislamiento e incomprensión
Separarse de una madre tóxica, en un primer momento puede implicar la experimentación de un sentimiento de aislamiento e incomprensión. Esto es así porque, social y culturalmente, “no está bien visto” distanciarse o separarse de la persona que te dio la vida.
Es por ello que uno de los primeros efectos de esta nueva situación puede ser este. Sin embargo, por suerte, esto puede trabajarse y los sentimientos cambiarán con el tiempo. Sobre todo, no lo dudes: pide ayuda profesional si sientes que la necesitas.
Culpa y vergüenza
Otra de las consecuencias inmediatas de separarse de una madre tóxica es el surgimiento de sentimientos de culpa y vergüenza. Esto, hasta cierto punto, es “normal”, aunque no debería serlo. Como en el punto anterior, son sentimientos que surgen por el hecho de haber rechazado a tu propia madre, por los motivos que sean (son tus motivos).
La culpa aparece porque sientes que quizás no has actuado bien y te da miedo arrepentirte. En el caso de la vergüenza, se trata de una vergüenza experimentada quizás a nivel “social”, por lo que puedan decir o pensar (por desgracia, estamos muy influenciados por el “qué dirán” a nivel social.
Liberación
Por suerte, no todos los efectos de separarse de una madre tóxica son negativos. Y es que tomamos las decisiones que tomamos porque pensamos que nos harán un bien (aunque sea a largo plazo).
Así, la liberación es otro de los sentimientos que pueden surgir a raíz de esta decisión. Te liberas de las consecuencias negativas de mantener la relación tóxica con tu madre, del sufrimiento, de la angustia… es decir, de todo aquello negativo que esa relación te generaba.
Sin embargo, cabe decir aquí que la liberación suele aparecer después de trabajar mucho la aceptación de esta nueva situación (porque es una realidad muy compleja y dolorosa).
Remarcar en este punto que los efectos positivos de separarse de una madre tóxica van más allá de la liberación y que pueden suponer también la paz mental y un cese definitivo del sufrimiento por esta causa.
Sentimientos de ambivalencia
Separarse de una madre tóxica es una decisión complicada; por ello, una vez tomada, lo normal es que aparezcan en ti sentimientos ambivalentes.
Por un lado, te sientes liberado, tranquilo, en paz… y por el otro, tienes miedo a haberte equivocado y a quedarte solo o a haber perdido a alguien importante. Tienes dudas. Es lógico que aparezcan este tipo de sentimientos. Además, esta etapa forma parte también del proceso de duelo.
Incertidumbre
También suele sobrevenir una sensación de incertidumbre a raíz de una decisión tan complicada como alejarse o romper la relación con tu propia madre.
La incertidumbre es aquella sensación de falta de certeza ante algo, esa inquietud que surge como consecuencia de no saber qué ocurrirá. Ante un futuro incierto, es normal que sobrevengan este tipo de sentimientos; para trabajarlo, será esencial centrarnos en el momento presente.
Por: Psicóloga Laura Ruiz Mitjana