El humor es uno de esos elementos que de manera natural nos ayuda a liberar estrés. Con él, los grandes problemas dejan de parecer tan grandes y las personas que podrían intimidarnos más pequeñas. En este sentido, puede amenizar cualquier velada o poner luz a cualquier día de cielo nublado. Así, el humor como terapia es una herramienta fundamental.
Aunque está relacionado con el ocio y el tiempo libre, la ciencia ha demostrado que en algunas situaciones el humor puede ser un complemento que mejore los resultados de una intervención. Un ingrediente que hace que la misma, en determinados momentos, pueda cobrar dinamismo. Al mismo tiempo, esta forma, incluida en la comunicación, puede generar o asentar la confianza entre especialista y paciente/cliente.
Lo cierto es que, cuando nos reímos, experimentamos los siguientes efectos
-Se activa el circuito de recompensa cerebral, por lo que se liberan endorfinas y dopamina, que son hormonas relacionadas con el bienestar y felicidad.
-Disminuyen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, por la acción de la dopamina y de las endorfinas.
-Los músculos se relajan, sobre todo los faciales.
-Aumenta la sensación de tranquilidad y seguridad.
-La sensación de placer y relajación nos distraen de problemas y preocupaciones.
Por otro lado, el profesor Heidi L. Fritz de la Universidad de Salisbury ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a estudiar la relación entre humor y estrés. Los resultados de sus estudios afirman que cuanto más pronunciado es el sentido del humor en una persona, más bajo es el estrés que pueden llegar a experimentar.
Más allá de la risa, el humor como terapia
Pese a que la consecuencia más visible del humor es la risa, existen otras. Además, el humor como terapia no ha de ser confundido con la falta de seriedad, ni tampoco con la ironía o con un estado de ánimo en el que la euforia tome el control.
Su verdadera utilidad reside en que nos aporta un punto de vista distinto: actúa como uno de esos espejos que deforma las imágenes. Al mismo tiempo, puede señalar la posibilidad de añadir cambios en los filtros que utilizamos para percibir y procesar la información.
Podemos decir que el humor apunta felicidad, aun cuando la adversidad nos rodea. Durante un instante es capaz de detener el flujo de pensamientos negativos, un segundo que muchas veces es suficiente para romper con el círculo en el que estamos inmersos y que los alimenta.
El reto de las profesiones más intensas emocionalmente
Los profesionales de la salud que trabajan en emergencias, los agentes de policía o los equipos de bomberos se enfrentan, en su día a día, a situaciones muy complicadas, donde los picos de tensión pueden ser muy altos. Eso hace que su trabajo se convierta muchas veces en ese factor que produce desequilibrios emocionales.
La crudeza de estas situaciones radica principalmente en la implicación de otras personas y en las adversidades que éstas experimentan. Por ejemplo, un médico que trabaja en emergencias tiene que tomar decisiones importantes en un corto espacio de tiempo, muchas veces sin tener toda la información de lo que le sucede al herido e incluso asumiendo el riesgo de hacerle más daño. Mover o no a una persona en un determinado momento puede causarle una parálisis o salvarle la vida.
En estos casos, el aderezo del humor puede ayudar a bajar los niveles de estrés una vez que se ha tomado la decisión y antes de que venga el siguiente momento de tensión.
El papel crucial del humor como terapia en emergencias
La gran utilidad del humor como terapia en estos contextos se puede dividir en estas facetas:
*El humor como herramienta para la propia salud y desempeño, a corto y a largo plazo. Permite pasar por alto lo antiestético, normalizar la rudeza de las situaciones y evitar la desesperación. Ayuda a tomar el control sobre la situación, atenuando el impacto de la misma.
*El humor como herramienta para la relación entre compañeros. La complicidad en situaciones de estrés entre los miembros del equipo de trabajo puede jugar un papel especialmente importante en el rendimiento y cooperación. Además, el clima de confianza que genera facilita la expresión de emociones en momentos posteriores.
*El humor como herramienta para la relación con los pacientes/afectados. Para una persona que se encuentra en una situación muy estresante y ante la que no puede hacer nada, como cuando hemos llamado a una ambulancia y estamos esperando a que llegue, el humor puede actuar como un “salvavidas” emocional.
El humor es bueno cuando es sensible al contexto
Es tan importante usar el humor en situaciones en las que puede bajar la tensión como abstenernos de darle paso en las situaciones en las que solo puede aumentar esta tensión. En este sentido, las personas somos únicas, igual que las circunstancias que nos rodean en cada momento. Esto requiere una observación y adaptación constante ante un entorno muy dinámico.
Así, el uso del humor como elemento que puede generar todos los efectos descritos, requiere de un uno inteligente del mismo. De una selección de momentos basada en la empatía y el respeto. En caso contrario, puede ser muy contraproducente. Por otro lado, en caso de duda podemos probar a utilizarlo de una manera muy suave, respondiendo después al feedback que nos den los demás.
El humor, en el marco de la terapia y fuera de ella, es un aliado muy poderoso cuando lo utilizamos con inteligencia. Con inteligencia quiere decir de manera adaptada a la situación. En el fondo hablamos de un estilo de comunicación. Un estilo de trabajo. Un estilo de vida.