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La depresión mayor resistente: cuando el tratamiento no funciona

La depresión resistente o depresión refractaria es aquella que no suele responder a los tratamientos farmacológicos ordinarios. Es común que muchos de estos pacientes pasen por todo un periplo de combinaciones de fármacos o enfoques terapéuticos sin obtener mejoría.
No obstante la experiencia nos dice que, tarde o temprano, se halla ese tratamiento con el que empiezan a experimentar cambios positivos,

La definición de este tèrmino, por curioso que nos parezca, sigue suscitando bastantes desacuerdos.
Desde la guía del NICE (TheNationalInstituteforHealth and CareExcellence) nos dicen, por ejemplo, que diagnosticar a una persona con depresiòn resistente solo porque no muestra la evolución esperada, tras tomar dos tipos de antidepresivos, resulta algo arbitrario.
Asismismo, organismos como la AsociaciònBritànica de Psicofarmacologìa consideran que debería procederse a este diagnòstico cuando el paciente haya probado diferentes combinaciones de fármacos sin experimentar cambios.

Como vemos, a dìa de hoy aùn no hay consenso sobre el tema. No obstante, lo que sì podemos constatar es que casi un 30% de pacientes diagnosticados con depresión mayor no experimentan mejoría. Por ello, son muchos los profesionales que se ven en la obligación de reevaluar el diagnòstico por un hecho muy evidente: en ocasiones pueden haber trastornos subyacentes no identificados.

La depresión mayor resistente: cuando el fármaco falla
La depresión es tratable, esto hay que dejarlo claro desde un principio. Sea cual sea su tipología estamos ante un tipo de trastorno multifactorial que necesita de varias estrategias para superarla: la farmacológica, la psicoterapéutica, la social, etc.
Pues bien, con la depresión mayor resistente sucede lo mismo. No obstante, eso sì, en estos casos solo necesitamos ser constantes y perseverantes para encontrar los tratamientos màs acertados, de manera que la persona (ese paciente que sufre lo indecible) experimente la mejoría que necesita.
Por otro lado, no podemos olvidar que los antidepresivos, tomados en las dosis adecuadas y durante un mìnimo de 6 semanas, suelen ofrecer una eficacia probada, pero cuando esto no ocurre, cuando lo que percibe el paciente es que su malestar sigue ahì, instalado y devorándolo, la desolación es absoluta. Màsaùn, lo que puede experimentar es pèrdida de confianza hacia su mèdico y escepticismo a la hora de probar un nuevo tratamiento.
Abordar la depresión mayor resistente no es sencillo para ninguna de las partes, de ahì que se necesite en muchos casos un compromiso firme del paciente, y sobre todo ese apoyo familiar imprescindible con el fin que no se pierda la alianza terapéutica. Asimismo, cuando la persona ha probado ya dos tipos de antidepresivos sin experimentar cambios, lo primero que deberán hacer nuestros médicos, antes de iniciar un nuevo enfoque, será lo siguiente:
-Averiguar si el paciente cumple con el tratamiento, las dosis indicadas y el tiempo establecido.
-Averiguar si toma otros tipos de medicamentos (con o sin receta, incluyendo los “naturales”) que pudieran estar interfiriendo la acción de los fármacos.
-Considerar si existen otros problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, neurológicas u hormonales.
-Considerar si se ha hecho un diagnòstico adecuado. En muchos casos, la resistencia de la depresión mayor al tratamiento suele derivarse de la presencia de otros trastornos como puede ser un trastorno bipolar, trastorno lìmite de personalidad, etc.
    Por ùltimo y no menos importante, también es esencial que el paciente sea plenamente consciente de su enfermedad y que, en la medida de lo posible, estè motivado para el cambio. La química, como ya sabemos es eficaz e imprescindible a la hora de tratar la depresión, pero se necesita también de cierto compromiso personal con el que optimizar el proceso terapéutico.

Estrategias para ayudar a la persona con depresión mayor resistente
Llegados a este punto ya nos habremos dado cuenta de un aspecto: se considera que alguien sufre depresión mayor resistente cuando no responde al tratamiento farmacológico. Sin embargo ¿què ocurre con el abordaje psicoterapéutico? ¿No es útil en estos caos? Cabe decir que no hay estudios concluyentes. Es decir, cuando una persona con depresión mayor no experimenta mejorìa con los antidepresivos no suele beneficiarse dela terapia.
Asimismo, no podemos olvidar que este tipo de depresión es un trastorno del estado de ànimo de gravedad alta que requiere de la administración de psicofármacos y que cuando estos no funcionan, por lo general se lleva a cabo la siguiente estrategia:
-Se aumenta la dosis.
-Se cambia a otro antidepresivo.
-Se potencia el tratamiento del antidepresivo con otro fármaco, como los siguientes: antipsicóticos, litio, anticunvulsivantes, triyodotironina, pindolol, zinc, benzodiacepinas.

Dos técnicas para la depresión mayor resistente
 Hasta no hace mucho para tratar la depresión resistente se hacìa uso de la siempre polémica terapia electroconvulsiva. Sin embargo, en los últimos años han aparecido dos interesantes terapias que habrìa que conocer:
-La estimulación transcraneana (EMT) es una forma no invasiva e indolora de estimulación de la corteza cerebral capaz de interferir de forma controlada la actividad normal del cerebro. Gracias a esta “neuromodulaciòn” se consigue por ejemplo que los fármacos actùen con eficacia o que la persona sea màs receptiva para la terapia psicológica.
-Por otro lado, tal y como nos explican diversos estudios la estimulación del nervio vago es otra estrategia que mejora de forma notable los síntomas de depresión mayor. El método se basa en la aplicación de un dispositivo eléctrico que estimula este nervio, el cual, està en contacto con nuestro cerebro. Gracias a ello el paciente percibe màs calma, se reduce el estrès, la ansiedad y los pensamientos negativos.

¿Què debo hacer si sufro depresión mayor resistente?
-Si el tratamiento no funciona de inmediato, no te rindas.
-Entiende que tal vez tu mèdico deba cambiarte la dosis o te proponga empezar con un nuevo psicofármaco o combinar incluso varios tipos. Ten paciencia y confía.
-Entiende que la depresión es única en cada persona y por ello, tu mèdico debe hallar ese tratamiento que mejor se ajuste a ti y solo a ti. Debes confiar en èl y trabajar en conjunto.
-Si tomas otros medicamentos, debes hacèrselo saber a tu mèdico.
-Asimismo, es importante que cuides tu salud y tu estilo de vida. En ocasiones una mala alimentación o incluso alguna adicciònpuede interferir en el tratamiento.


Por último recuerda también que nuestra mente y nuestro cuerpo en muchas ocasiones dan muestra de su complejidad, pero eso no quiere decir que no tengas derecho o sentirte bien, a liberarte de esa depresión. No tengas miedo a seguir los consejos de los buenos profesionales, porque al final darán con ese enfoque que más se ajusta a tu persona.

Por Valeria Sabater