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La neuropsicología del envejecimiento

Todos envejecemos. Nos guste o no, sabemos que nuestras células envejecen con el tiempo y que tanto nuestro aspecto físico como nuestra cognición irán cambiando con los años. Uno de los campos que se ocupan de estudiar estos cambios a nivel neuronal es la neuropsicología del envejecimiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidad físicas y mentales. Además, el envejecimiento también lleva a un aumento del riesgo de enfermedad, y finalmente a la muerte.

Sin embargo, además de los cambios biológicos, también hay otros factores que influyen en el envejecimiento. Así, influyen también los entornos físicos y sociales, particularmente la vivienda, el vecindario y las comunidades que rodean a la persona. Además, las características personales de cada uno (sexo, etnia, nivel socioeconómico…) también tienen que ver en cómo envejecemos.

Envejecimiento normal y patológico
La neuropsicología del envejecimiento normal
Los cambios fisiológicos que ocurren en el envejecimiento normal pueden conllevar pérdidas funcionales, y dependen de varios factores:

  • Estatus cognitivo.
  • Discapacidad física.
  • Factores emocionales.
  • Enfermedades médicas intercurrentes.
  • Calidad de vida…

Patologías como la hipertensión, la diabetes, o patologías cardiovasculares, suponen con el tiempo una pérdida de las capacidades físicas y funcionales. Así, por ejemplo, la ansiedad y la depresión incrementan el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. En el envejecimiento normal, el grado de pérdida de función está influido por la reserva cerebral y cognitiva.

La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro adulto de mantener una función normal cuando se ve afectado por agresiones. Así, el impacto de las agresiones es menor cuanto mayor es la reserva coginitiva. Esto ocurre porque el tejido cerebral sano es capaz de suplir la pérdida de neuronas y sinapsis. Así, en individuos con menor reserva cognitiva, la misma patología produciría un mayor déficit.

En este sentido, el modelo neuropsicológico del envejecimiento se centra en las relaciones existentes entre la cognición y los factores de riesgo, los factores protectores, el cerebro y el estado clínico de los pacientes.

Cambios cognitivos en la neuropsicología del envejecimiento normal
En el envejecimiento, es importante la variabilidad individual de cada uno que nos lleva a presentar unos u otros cambios en nuestro cuerpo. Sin embargo, existen varios factores que contribuyen a esa variabilidad:

  • Estado de salud general: física, mental y emocional
  • Nivel cultural
  • Nivel de actividad física y cognitiva
  • Factores hereditarios
  • Factores económicos, sociales y familiares

Las funciones cognitivas en la neuropsicología del envejecimiento normal
Cuando envejecemos, hay algunas funciones cognitivas que se ven más afectadas que otras. Así pues, el envejecimiento afecta más a las habilidades fluidas que a las habilidades cristalizadas. Las primeras son algunas como el razonamiento, la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento… etc. Las segundas hacen referencia a los conocimientos acumulados y la experiencia.

Así, sabemos gracias a la investigación que el deterioro de algunas funciones comienza en la juventud, mientras que otras permanecen a un mismo nivel hasta edades avanzadas. De esta manera, algunas funciones como el vocabulario, la información general o el recuerdo de episodios históricos o personales pasados se mantienen relativamente estables.

Otras funciones, como la habilidad aritmética, disminuye a partir de los 25 años. La velocidad de procesamiento de la información, la memoria episódica y la fluencia verbal disminuyen a partir de los 70 años.