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Las consecuencias psicológicas de una violación

Cuando se sufres una violación toda tu vida y la de los que están a tu alrededor también. Pero lo peor de todo es no saber afrontarla, llegando, en ocasiones, a culpabilizar a la vìctima aunque sea de manera no consciente. Una de las razones por la que se pone esta distancia con la vìctima, es para que la posibilidad de que a ti o a los que quieres les ocurra lo mismo sea lejana o casi imposible.

Si pensamos que fue porque iba con un escote demasiado abierto, razonaremos que si nosotras no vamos con este escote nunca nos pasarà. Nuestra mente es lista y es muy buena haciendo este tipo de asociaciones de manera que la posible incertidumbre o nuestra percepción de seguridad no queden comprometidas.

Esta culpabilizaciòn, sumada a las secuelas físicas y psicológicas propias de la violaciòn, hace que la vìctima pueda sufrir por partida doble. Ya que no solo la sociedad señala a su escote sino que tambièn lo hace ella misma, intentando encontrar una circunstancia que pueda controkar, para que mitificándola no vuelva a suceder.

Por ello, un tratamiento psicológico adecuado es una variable muy importante en la recuperación y que este pueda incluir a la pareja, e incluso a la familia de la vìctima, ayudarìa en el proceso.

En este artículo vamos a reflejar las consecuencias psicológicas, tanto personales como sociales, que sufren las víctimas de violaciones, ya sean estas adolescentes o adultas, siendo el agresor desconocido para la vìctima. Cuando las víctimas son niñas y/o el agresor es un amigo o familiar, las consecuencias psicológicas pueden ser mucho màs profundas.

Consecuencias personales de una violación
Cuando sufres una violación todo cambia, porque te han robado tu parte màs privada, tu sexualidad, esa parte de tu ser que compartes con quien quieres. Puede ser una agresión con mayor o menor grado de violencia, con penetración realizada por un objeto extraño o por el propio violador, todo esto te afecta de muy distintas maneras. Al principio hay una fase de shock, tan grande que puede llegar a la propia despersonalización de la vìctima, porque la realidad duele tanto que para protegerse la propia mente crea un alter ego, una tercera persona que sufre el delito, llegando a hablar la vìctima de su propio cuerpo en tercera persona.

Tambièn puede que no recuerde nada de lo ocurrido; puede suceder que luego de producirse la agresión, estè desorientada y muy asustada. A continuación, cuando los recuerdo van volviendo y las pruebas mèdicas sucediéndose, se empieza a tomar conciencia de lo sucedido, a sentir el dolor físico ya a pensar en el propio bienestar. Se piensa en las posibles enfermedades de transmisión sexual, en daños permanentes en sus órganos reproductores y en la posibilidad de embarazo, aunque sea atendida con un anticonceptivo de emergencia, ya que estos no son 100% efectivos.

Despuès, con las preguntas de la policía y equipo mèdico, que intentan realizar su trabajo de la mejor manera posible, comienza la “revictimizaciòn”, agudizada por los largos procesos judiciales a los que se enfrentan las víctimas de violación. Esta revictimizaciòn consiste en revivir todo lo ocurrido, si puede ser al màximo detalle, para que las autoridades den con el agresor, pero que implica que la vìctima vuelva a vivir ese horror sin que estè preparada psicològicamente para ello.  

Por último, estas víctimas se enfrentan a lo que conoce como trastorno de estrès post-traumàtico, que en este tipo de delitos tiene sus propias características:
–    Las víctimas reviven intensamente la agresión sufrida mediante imágenes o recuerdos involuntarios,
llamados técnicamente flashbacks, y puede que de pesadillas, aunque son menos comunes que en las víctimas de guerras que sufren este trastorno.
–    Hay un gran aumento de la activación, un estado de alerta o ansiedad continuo como respuesta
adaptativa a la violación ocurrida en un lugar considerado seguro para la vìctima, como su propia casa, transporte público, etc.
–    Tienden a evitar las situaciones o lugares asociados a la violación, rechazando incluso hablar
voluntariamente del delito.
–    Aparecen alteraciones como irritabilidad, falta de concentración, problemas para dormir e incluso la
Conocida como “anestesia psíquica” o incapacidad para captar y expresar sentimientos de ntimidad y ternura.
    Todo esto, hace que la ayuda profesional para superar una violación sea fundamental ya que, si el estrèsport-traumàtico no es tratado correctamente desde un principio, se convierte en un problema crònico que se agudiza y que tiene graves consecuencias para la vìctima que van desde el aislamiento al suicidio.

Consecuencias familiares y sociales
La violación de una menor afecta a todo el núcleo familiar llegando a la descomposición de la familia por completo al no saber tratar este tema. Por ello, el acudir todos a una terapia familiar suele ser la mejor opción. En ella se tratan abiertamente todas las inquietudes, desde la culpabilidad que tienen los padres por no haber podido proteger a su hija de un crimen tan atroz a la de la vìctima por haber sufrido un delito sin poder evitarlo.

Si la vìctima es la pareja, afecta a toda la relación, no solo a la parte sexual, sino también a la afectiva. Es muy difícil explicar a tu pareja todo lo que hizo el agresor contigo porque ves que vas a sufrir màs de lo que sufre ahora, pero en este caso la comunicación es fundamental para el entendimiento y superación del trauma.

No en vano, uno de los factores de peor pronòstico para la recuperación de una vìctima de una violación es estar casada, por las dificultades que esto conlleva a la pareja.

Y, por último, la etiqueta de persona violada que te pone la sociedad hace que la recuperación sea màs difícil. La gente puede que te mire raro por la calle, que se aleje y que no lo entienda. Lo peor es que justifican tu agresión por còmo ibas vestida o porque habìas bebido, para no tener que pensar que cualquiera de nosotras podemos ser vìctimas para no tener miedo.

Factores que facilitan la violación
Se suele decir que las mujeres vamos provocando con nuestra forma de vestir o con nuestra forma de bailar. Que nos convertimos en víctimas por beber o volver solas a casa, pero lo cierto es que el único factor que hace que seas vìctima de violación es que seas una mujer.
Y eso es algo que no podemos cambiar, es nuestro gènero el que nos convierte en víctimas y no nada de lo que hagamos,, porque nada puede cambiarlo. En lugar de culpabilizar a las víctimas por còmo van vestidas o por què iban solas por la calle, lo que debemos hacer es educar a nuestros hijos en que haga lo que haga una mujer nos es propiedad de los caprichos de un hombre.

Haga lo que haga una mujer, haya bebido o no, no la convierte en objeto y sobre todo no cambia el significado de las palabras, porque un “No siempre significarà No”. Y haga lo que haga un hombre, el beber no será la excusa para cometer el delito, porque la bebida, al igual que no cambia el significado de las palabras, no cambia a la persona, que sigue siendo responsable de sus actos.