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Meditación orgásmica: vivir la sexualidad sin prisas

Aprende con este artículo sobre la meditación orgásmica, una curiosa práctica sexual que puede resultar interesante de conocer e incorporar.
El sexo es un tema que suele suscitar un gran interés, ya sea por las dudas que genera y que algunos no se atreven a pronunciar en alto por el miedo al que dirán o bien porque realmente les mueve la curiosidad. Lo cierto es que el sexo es un aspecto importante en la vida de muchas personas, además de estar rodeados de elementos que nos lo recuerdan constantemente.

Desde hace algunos años, han ido surgiendo disciplinas y prácticas con el propósito de facilitarnos una mejor comprensión de los conceptos de sexualidad y sexo, así como todo lo que ambos conllevan. De hecho, algunas de ellas, se proponen ayudarnos a reencontrar el placer por el sexo de una forma más natural y en conexión con nuestro yo primigenio. La práctica de la meditación orgásmica es un ejemplo. Veamos a continuación en qué consiste.

¿Qué es la meditación orgásmica?
A pesar de lo que su nombre parece indicar, la meditación orgásmica es una práctica que tiene como objetivo hacer disfrutar de la estimulación sexual sin necesidad de alcanzar el clímax. En este sentido, se parece a otras disciplinas como el tantra. Según sus practicantes, realizar ejercicios de slow sex puede ayudarnos a concentrar la mente y conectar más con nuestras emociones.

Esta práctica tiene una peculiaridad que la hace todavía más única: solo pueden realizarla las mujeres. Aun así, los hombres también pueden participar al realizar la estimulación sexual de su pareja.
La técnica básica de la meditación orgásmica es estimular el clítoris durante quince minutos, centrándose en el cuadrante superior izquierdo del mismo, mientras se focaliza la atención en ese centro de placer y se disfruta de las sensaciones que se están experimentando.

Beneficios de la meditación orgásmica
Según los directivos de One Taste, la fundación californiana que inventó el término, esta práctica conlleva un gran número de efectos positivos sin necesidad de la experiencia del orgasmo.

Algunos tachan la práctica del slow sex como algo poco provechoso; otros piensan que One Taste y su filosofía son poco menos que algo parecido a una secta. Sin embargo, algunos de los que practican la meditación orgásmica dicen experimentar todo tipo de beneficios y mejoras en su vida. A continuación veremos algunos de los más importantes:

1- Mayor consciencia
En el fondo, el slow sex es un tipo muy peculiar de mindfulness. Al tratar de experimentar las sensaciones corporales asociadas al sexo sin tener un objetivo concreto, las mujeres pueden centrarse con plenitud en el momento presente. Esto las puede ayudar a relajarse mientras dura la práctica, pero también a mejorar su sensación de bienestar.

Así, por ejemplo, quienes realizan la meditación orgásmica dicen tener, en general, niveles más bajos de estrés y estar más conectadas con lo que ocurre en cada momento.
Además, para muchas de las defensoras del slow sex, su nivel de consciencia ha mejorado significativamente desde que comenzaron a realizarlo.

Ahora bien, esta suerte de facilidad para vivir en el presente no solo se da en las mujeres receptoras de la práctica; también sus compañeros pueden ver reforzada su consciencia. Esto se debe a que para la práctica de esta técnica, tienen que concentrarse en el cuerpo de su compañera para darle placer sin buscar un objetivo. En sí mismo, esto también es una especie de meditación.

2- Apertura emocional
Además de lo mencionado, los defensores de la meditación orgásmica suelen afirmar que practicarla les ha llevado a conectar mejor con sus parejas. Debido a que no existe ansiedad de rendimiento, durante la práctica del slow sex las dos personas pueden mostrarse vulnerables.

Por una parte, las mujeres dicen sentirse más entendidas por sus compañeros, aparte de más cómodas con su cuerpo y su sexualidad. Por otra, los hombres consiguen conectar mejor con sus emociones. Esto se debe a que tienen que abrirse a sus sentimientos y a los de su pareja durante la práctica.

¿Merece la pena practicar el slow sex?
Leyendo sobre esta práctica, es posible que hayas experimentado varias reacciones. Probablemente, desde la sorpresa hasta el desagrado, pasando por la incredulidad. La idea de estimular a una persona sexualmente durante quince minutos sin intención de tener un orgasmo suena ciertamente extraño en un principio.

Sin embargo, el hecho de que sea algo tan poco habitual no significa que no debas probarlo. No obstante, al final la elección sobre cómo vivir la sexualidad es solo tuya.
La práctica del slow sex puede no ser la más adecuada para todo el mundo. Por lo tanto, si quieres adentrarte en esta disciplina, te recomendamos que investigues sobre ella y lo hables con tu pareja.

Por: Alejandro Rodríguez