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No soporto a la familia de mi pareja

Los conflictos con “la otra familia” o la familia política han sido caricaturizados en el cine y la literatura. Sin embargo, ¿cuánto hay de realidad en estos retratos? ¿Cómo actuar si aparecen? ¿Quién nos puede ayudar?

«No soporto a la familia de mi pareja» es una sentencia frecuente. Incluso es probable que nosotros también hayamos experimentado la sensación en algún momento con nuestra familia política. En este sentido, nos cuestionamos: ¿las relaciones con las familias de origen de la pareja tienden a ser conflictivas?

Según el CIS, un 35 % de los españoles asegura que la relación con sus suegros es totalmente o bastante satisfactoria; solo 1 de cada 100 califica la relación de «nada satisfactoria». Por lo que, según este estudio, existiría un porcentaje alto de personas cuya relación con la familia política es bastante buena.

Ahora bien, este dato que nos aporta el CIS no niega que existan relaciones conflictivas. En estos casos, la convivencia con la familia política puede incluso volverse una tortura y una batalla continua, una situación insostenible para los que están en medio.

El conflicto con la familia política puede afectar a la relación, de ahí que pueda surgir la cuestión: ¿qué podemos llevar a cabo para evitar que el problema se traslade a la pareja? A continuación, explicamos algunos datos a tener en cuenta.

Expresa lo que sientes
«Comunicar el malestar y compartir la preocupación, es decir, dar voz al problema mediante un discurso asertivo es uno de los objetivos de la terapia”, comenta la psicóloga María Teresa Mata Massó.
Por lo tanto, expresar lo que sentimos a nuestra pareja en referencia a la familia política, es el primer paso para evitar que afecte a la relación.

Prueba a ponerte en el lugar de tu pareja
Para tu pareja su familia es muy importante, del mismo modo que la tuya lo es para ti. Por ello, frases como «no soporto a la familia de mi pareja», «no aguanto a los padres de mi novia», «ojalá tuviera otra familia política» pueden generar malestar en la otra persona.

En este sentido, estar en medio de un conflicto entre la pareja y la familia de origen en muchos casos es doloroso; sitúa a quien se encuentre en medio en una posición incómoda y difícil.
Recuerda que su familia va a seguir siéndolo pase lo que pase. Por ello, prueba a ponerte en el lugar de tu pareja, en entender qué siente y qué piensa.

Establece límites
Según Salvador Minuchin, las familias son sistemas que se componen a su vez de subsistemas diferenciados: la pareja, la pareja y los hijos en el caso que se tengan, los padres de cada miembro de la pareja, los hermanos, los respectivos abuelos,… entre los subsistemas más destacados.

El autor afirma que es indispensable establecer límites concretos en el sistema familiar, puesto que, según Minuchin y la psicología sistémica, cada miembro de la familia cumple un rol determinado y cuando no existen límites los roles se vuelven difusos, lo cual potencia las posibles malas relaciones dentro del sistema.

Por lo tanto, es fundamental establecer unos límites claros, los cuales no se pueden sobrepasar para intentar mantener la armonía familiar.
Cabe destacar que no se tiene por qué romper la relación con los suegros, se puede redefinir, marcando un espacio y unos límites para la pareja, dando alternativas a la familia política.

Tu pareja y tú son un equipo
Al hilo del párrafo anterior, al igual que es importante establecer límites con el resto de subsistemas familiares, es imprescindible partir del concepto de unidad: la pareja es un equipo, el cual toma decisiones y llega a acuerdos acerca de lo que es mejor para el sistema que forman, tal y como afirma Minuchin.

En este sentido, cada miembro de la pareja son dos personas individuales con su identidad diferenciada, que al formar una relación deben constituir una unidad impermeable, para evitar así que las malas relaciones familiares afecten a la relación.

En definitiva, experimentar una relación conflictiva con la familia política del tipo «no soporto a la familia de mi pareja», puede acarrear enfrentamientos con la pareja que, si no se llevan a cabo medidas para encauzar la situación, puede convertirse en un problema grave. Por esta razón, recuerda que existen profesionales de la psicología que pueden ayudar en este tipo de conflictos.

Por: Laura Rodríguez