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¿Qué es la autoeficacia?

¿Eres de los nunca se rinde hasta conseguir sus objetivos o desistes con la primera dificultad o derrota? ¿Confías en que puedes alcanzar tus metas, o dudas de tus propias capacidades para superar las dificultades? La diferencia entre la primera y la segunda parte de estas preguntas es la autoeficacia.
Para dar una definición, diremos que la autoeficacia es la creencia en las propias capacidades para hacer frente a diversas situaciones. De este modo, la autoeficacia puede desempeñar un papel importante no sólo en cómo te sientes contigo mismo, sino en tu actitud y posibilidades para alcanzar con éxito tus objetivos en la vida.

Para el famoso psicólogo Albert Bandura, creador de la teoría cognitiva social, el concepto de autoeficacia es fundamental.
Bandura hace hincapié en esta teoría en el papel del aprendizaje por observación, la experiencia social y el determinismo recíproco en el desarrollo de la personalidad. Según Bandura, las actitudes de una persona, sus capacidades y sus habilidades cognitivas le ayudan a comprender lo que se conoce como el sistema del yo.
Este sistema juega un papel importante en la forma en que percibimos las situaciones y cómo nos comportamos en respuesta a diferentes situaciones. La autoeficacia es una parte esencial de este autosistema.
Según Bandura, la autoeficacia es la creencia en la propia capacidad de organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para gestionar las situaciones posibles. En otras palabras, la autoeficacia es la creencia de una persona en su capacidad de tener éxito en una situación particular. Bandura describe estas creencias como determinantes de la forma de pensar, de comportarse y de sentir.
Desde que Bandura publicó en 1977, “Auto- Eficacia: cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual“,  el tema se ha convertido en uno de los más estudiados en psicología ya que, como el mismo autor y otros psicólogos e investigadores han demostrado, la autoeficacia puede tener  impacto en todo, desde los estados psicológicos de la conducta a la motivación.

El papel de la autoeficacia

Prácticamente todas las personas puedan identificar las metas que quieren lograr, las cosas que les gustaría cambiar y aquellas que les gustaría conseguir. Sin embargo, la mayoría de las personas también se dan cuenta de que poner estos planes en acción no es tan simple.
Bandura y otros han encontrado que la autoeficacia de un individuo desempeña un papel importante en cómo se abordan los objetivos, las tareas y los desafíos.

¿Cómo son las personas con un fuerte sentido de la autoeficacia?
 Las personas con un fuerte sentido de autoeficacia ven problemas difíciles como tareas a ser dominadas, desarrollan un interés más profundo en las actividades en las que participan, se recuperan rápidamente de los reveses y las decepciones y tienen  un mayor sentido del compromiso con sus intereses y actividades.

¿Cómo son las personas con un débil sentido de la autoeficacia?
 Por el contario, las personas con un débil sentido de autoeficacia evitan siempre que pueden tareas desafiantes, creen que las tareas y situaciones difíciles están más allá de sus capacidades, pierden rápidamente la confianza en sus capacidades personales y se concentran en los fracasos personales y los resultados negativos.

¿Cómo se desarrolla la autoeficacia?

Las creencias sobre la capacidad de autoeficacia se empiezan a formar en la primera infancia, cuando los niños empiezan a lidiar con una amplia variedad de experiencias, tareas y situaciones. Sin embargo, el crecimiento del sentido de la autoeficacia no termina en la juventud, sino que sigue evolucionando a lo largo de la vida, cuando la gente adquiere nuevas habilidades, experiencias y conocimientos.
Según Bandura, hay cuatro fuentes principales de autoeficacia:

  1.  Experiencias de maestría. “La forma más eficaz de desarrollar un fuerte sentido de la eficacia es a través de experiencias de dominio”, explicó Bandura. La realización de una tarea con éxito fortalece nuestro sentido de autoeficacia. Sin embargo, el no tratar adecuadamente una tarea o desafío, puede socavar y debilitar la autoeficacia.
  2. Modelado social. Ser testigo de cómo otras personas completan con éxito una tarea es otra importante fuente de autoeficacia. Según Bandura, ver a personas similares tener éxito en un mismo esfuerzo ayuda a creer que uno mismo también posee las capacidades para dominar actividades comparables para tener éxito.
  3. La persuasión social. Bandura también afirmó que las personas pueden ser persuadidos a creer que tienen las habilidades y las capacidades necesarias para tener éxito.  Conseguir estímulo verbal de los demás, ayuda a las personas a superar la duda y, en su lugar, se centran en dar lo mejor de ellos mismos para realizar la tarea en cuestión.
  4. Las respuestas psicológicas. Nuestras propias respuestas y reacciones emocionales ante situaciones también desempeñan un papel importante en la autoeficacia. Los estados de ánimo, los estados emocionales, las reacciones físicas y los niveles de estrés pueden repercutir en cómo una persona se siente sobre sus habilidades personales, en una situación particular.

Sin embargo, Bandura también señala que lo importante no es la gran intensidad de las reacciones emocionales y físicas, sino más bien cómo son percibidas e interpretadas. De este modo, aprender cómo reducir al mínimo el estrés y cómo elevar el estado de ánimo ante  tareas difíciles o desafiantes, ayudará a mejorar el sentido de autoeficacia.