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Tipos de Fobias existentes

Las fobias se caracterizan por ser temores irracionales que atacan a determinados individuos. Se trata de miedos intensos, persistentes y desproporcionados. Con frecuencia, la persona que padece algún tipo de fobia es consciente de que el terror que experimenta ante determinadas cosas y situaciones es infundado, pero no por ello consigue dejar de sentirlo.
Básicamente, podemos clasificarlas en tres tipos de fobias: fobia social, fobia específica y ansiedad generalizada.

Dentro de la variedad considerada fobia específica, existen diversos tipos de fobias, entre los cuales se encuentran las fobias del tipo situacional (miedo a viajar en avión, a subirse a escaleras mecánicas, a hablar en público, etc.), las fobias a determinados objetos (a un determinado tipo de objetos, como a los elementos punzantes, a los muñecos, a las cuerdas, a los ordenadores). Otros tipos incluyen las fobias a ciertos fenómenos ambientales (como puede ser el miedo intenso frente a la lluvia, los truenos, los rayos o el clima frío, o incluso ante la mera posibilidad de que alguno de estos fenómenos se produzca).

También existen ciertos tipos de fobias a los animales, la más general es la zoofobia (miedo a los animales en general) pero existen fobias a cierto animal en particular (por ejemplo, a los perros, a los gatos, a las serpientes o a las aves de corral). Son muy frecuentes aquellas fobias vinculadas con la salud, y aquí cabe aclarar que, mientras es normal manifestar cierta preocupación frente a la posibilidad de contraer algún tipo de enfermedad, a las personas fóbicas esto les obsesiona y les aterra de manera desmedida (existen, por nombrar algunas, la fobia a la sífilis, a las enfermedades de la piel, a los trastornos renales, a la tuberculosis y al cáncer). Finalmente, otros tipos de fobias específicas resultan difíciles de clasificar. Algunos ejemplos pueden ser el miedo al tiempo, a la gravedad o a determinados números, palabras o colores.

Distintas a las fobias específicas son aquellas fobias del tipo social. En este caso, el disparador del miedo es determinado por la situación social en la cual el individuo experimenta incomodidad extrema, e incluso síntomas físicos tales como sudoración, mareos, palpitaciones, falta de aire, e incluso desmayos en casos extremos. Entre las situaciones más comunes que disparan este tipo de fobia están el miedo a hablar con desconocidos, a encontrarse en una multitud, a permanecer solo, etc.

La reacción más frecuente en los individuos que padecen alguna fobia social es la de evitar la situación que les genera angustia. En muchos casos esto puede hacerlos sentir aislados, e incluso dificultarles llevar una vida familiar y laboral adecuada.

El último de los tipos de fobia es el conocido como trastorno de ansiedad generalizada. En estos casos, las personas experimentan angustia y preocupación en exceso frente a una variedad de acontecimientos, y este estado –que al individuo le resulta muy difícil de controlar- se prolonga al menos por seis meses. Los síntomas asociados a este trastorno son fatigarse con facilidad, mostrarse inquieto o impaciente, insomnio u otras alteraciones del sueño, dificultad para mantener la concentración, irritabilidad y hasta tensión muscular. Al igual que con las fobias sociales, las personas que padecen de este trastorno tienen problemas en su vida afectiva y laboral, que se deteriora frente a su ansiedad y preocupación. También pueden manifestar problemas de salud como consecuencia del estrés.