Atenderse de forma constante en busca de síntomas… ¿Tendré un problema cardíaco? ¿Me habré infectado? ¿Y si esta mancha en la piel es algo grave? La ansiedad por enfermar es un tipo de trastorno que está en aumento. Descubre en qué consiste.
Miedo a contagiarse, a contraer enfermedades, obsesión por consultar de manera constante Internet para comprobar si las molestias que se experimentan son síntoma de algo grave… La ansiedad por enfermedad se manifiesta en los últimos meses con mayor frecuencia, tanto es así que son muchas las personas que ven su vida limitada y dominada en exclusiva por esa aprensión.
Lo primero que pensaremos al leer esta descripción es que estamos ante el clásico hipocondríaco. Bien, cabe señalar que este término dejó de usarse como terminología diagnóstica en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) en el 2013.
Asimismo, cabe señalar dos cosas. No es fácil vivir con esa angustia permanente a enfermar. Hay malestar, hay miedo y aparece incluso una clara imposibilidad para desenvolverse personal y laboralmente. Todo ello, alimenta aún más el sufrimiento. Por otro lado, existe otro hecho añadido y es la dificultad a la hora de diagnosticar esta condición psicológica.
Por término medio, cuando una persona acude a atención primaria diciendo que tiene tales síntomas, lo más probable es que el médico se centre en esas manifestaciones y solicite incluso realizar determinadas pruebas. No siempre se tiene en cuenta la ansiedad de la persona y ese estado mental que puede estar alimentando dicha situación. Profundicemos un poco más en este tema.
Ansiedad por enfermedad: síntomas, causas, tratamiento
En la ansiedad por enfermedad suelen darse dos situaciones curiosas. La primera es que cuando acuden al médico y se les demuestra que su salud es buena no se sienten satisfechos y buscan otras opiniones. No se rinden. Por otro lado, también hay quien creyendo experimentar un gran número de síntomas no acude al centro de salud por miedo, por auténtico pánico.
“¿Y si me diagnostican algo grave? ¿Y si me dicen que lo mío no tiene remedio?”. Como podemos ver, son estados en el que el miedo se convierte en un círculo vicioso. Lo más complejo es que estas situaciones suelen ser crónicas, es decir, puede haber personas que empezaron en su adolescencia evidenciando ese temor a enfermar y continúan en la edad adulta con el mismo patrón.
En el caso de no recibir ayuda, sus vidas quedan muy limitadas, focalizadas en exclusiva en el propio cuerpo, en atender sensaciones, en buscar síntomas que más tarde intentan cotejar con las descripciones clínicas que encuentran en Internet. Cabe señalar de nuevo que ya no hablamos de hipocondríacos, ese matiz peyorativo se ha eliminado de los manuales de diagnóstico y ahora se tienen en cuenta más factores. Veámoslos.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad por enfermedad?
Hasta no hace mucho todos llamábamos hipocondríaco a la clásica persona con miedo a contraer prácticamente todas las enfermedades existentes. Hay mucho más allá detrás de este comportamiento: hay sufrimiento emocional, problemas para desempeñar las tareas cotidianas, para rendir en el trabajo sin preocuparse por los virus, las bacterias, etc.
Así, para realizar un adecuado diagnóstico, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) nos señala que nos fijemos en los siguientes criterios:
- El paciente está sumido en un estado de preocupación constante que dura ya más de 6 meses. Su angustia reside en contraer distintas enfermedades o en padecer algunos trastornos psicológicos.
- Se alarma con facilidad ante cualquier molestia: picor en la piel, dolor de estómago, tic en el ojo, molestia en la garganta, tos…
- A pesar de experimentar esos miedos, no presenta ninguna enfermedad ni manifestación médica real. Cuando se le somete a pruebas no demuestra tener ninguna dolencia.
- La persona con ansiedad por enfermedad suele acudir con frecuencia a las consultas médicas. Por contra, también está quien presenta un miedo elevado por acudir a ellas, las evita y eso intensifica aún más el malestar –“creo que estoy enfermo, pero no quiero ir al médico para que no me digan que lo estoy”
¿Cuál es el origen?
El trastorno de ansiedad por enfermedad suele tener más de una afección comórbida detrás. Es decir, por término medio, detrás de la persona que teme caer enfermo hay más problemas, más condiciones psicológicas y problemas que puede estar arrastrando durante años. Así, estudios como los llevados a cabo en la Universidad de Madhya Pradesh, en la India, pudieron verse datos de gran interés.
- Buena parte de las personas que acuden al médico padecen ansiedad por enfermedad.
- Cerca del 18 % de estos pacientes tienen antecedentes familiares con la misma condición clínica.
- El 32,1 % padeció abusos en la infancia.
- El 25 % además, padecía una depresión.
- El 23 % sufría algún tipo de trastorno de ansiedad (fobias, trastorno de ansiedad generalizada…).
Es decir, la ansiedad por enfermedad tiene desencadenantes detrás y, a su vez, cursa con más problemas psicológicos.
¿Cómo se trata?
¿Hay solución para las personas que sufren ansiedad por enfermedad? Desde luego, la hay. No obstante, eso sí, es necesario pasar por terapia psicológica y, en concreto, por la cognitivo-conductual. Lo que nos facilita este enfoque es manejar los estados de ansiedad dejando a un lado los pensamientos disfuncionales, esos que intensifican problemas y sufrimientos.
Poco a poco y día a día, la persona logra aplicar razonamientos, reflexiones y pensamientos más saludables para conseguir que su conducta sea más ajustada y, por tanto, tranquilizadora, libre de miedos por enfermar. Asimismo, es imprescindible tratar también la raíz que puede estar detrás de esta situación (abusos en la infancia, vivencias traumáticas…).
De manera complementaria, pueden usarse también ansiolíticos o antidepresivos (como los inhibidores de la recaptación de serotonina) no obstante, es algo que valorarán los médicos. Lo más efectivo en estos casos es siempre la terapia psicológica. Tengámoslo presente.