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El triple sistema de respuesta de la ansiedad

¿Crees que la ansiedad consiste en miedo y preocupación? ¿Piensas que se experimenta como un nudo en el estómago? Según el modelo del triple sistema de respuesta, ambas opciones son correctas.

¿En qué aspectos te fijarías para identificar la ansiedad? Muchas personas (especialmente quienes nunca la han padecido), consideran que se trata de un evento subjetivo y privado; es decir, que solo está relacionada con lo que siente el individuo. Esta misma creencia es la que, en ocasiones, nos impide detectar que estamos sufriendo este problema. Por ello es importante que conozcas el triple sistema de respuesta de la ansiedad.

Hay quienes son conscientes de que ciertas manifestaciones físicas (como la dificultad para respirar) pueden ser un signo de ansiedad. Sin embargo, si este síntoma no se acompaña de la anteriormente nombrada sensación subjetiva, descartan directamente que la ansiedad sea el problema. Por lo mismo, comienzan a buscar una causa orgánica que casi nunca encuentran.

En realidad, la ansiedad (al igual que el resto de emociones) se manifiesta a través de varias vertientes y es necesario analizar cada una de ellas alcanzar una conclusión sobre lo que está ocurriendo. Esto es lo que postula el conocido modelo del triple sistema de respuesta.

¿Qué es el triple sistema de respuesta de la ansiedad?
El modelo del triple sistema de respuesta (también conocido como modelo de Lang en honor a su autor) fue postulado por el psicólogo Peter Lang en 1968. El mismo surgió a raíz de sus observaciones sobre un grupo de pacientes fóbicos a los que estaba tratando. En el momento se aceptaba que las emociones tenían una manifestación unidimensional: es decir, que las medidas cognitivas, fisiológicas y conductuales correlacionaban entre sí y cambiaban a la par.

Lang descubrió entonces que cada una de esas tres vertientes seguía su propio curso y no necesariamente se ajustaba a los cambios en las otras. Así, la ansiedad puede manifestarse a través de pensamientos, sensaciones corporales y conductas, pero estos tres sistemas funcionan de manera independiente. La intensidad, frecuencia, duración o momento de aparición de cada una de esas manifestaciones puede ser diferente.

Cognitivo
El sistema de respuesta cognitivo hace referencia a los pensamientos que acompañan a la ansiedad y los sentimientos que de ellos se derivan. Así, incluye los siguientes elementos:

  • Imágenes mentales sobre posibles sucesos catastróficos.
  • Pensamientos limitantes y poco ajustados a la realidad.
  • Creencias negativas sobre uno mismo.
  • Miedo, preocupación, inseguridad.
  • Temor a perder el control.
  • Dificultades de concentración y de toma de decisiones.

Fisiológico
Esta vertiente incluye todos los síntomas físicos y sensaciones corporales que aparecen a consecuencia de la ansiedad. Estos están mediados por el sistema nervioso autónomo y se manifiestan, entre otras, en las siguientes experiencias:

  • Taquicardia.
  • Sudoración.
  • Tensión muscular.
  • Dolores de cabeza o problemas digestivos.
  • Dificultad para respirar.

Conductual
La respuesta motora o conductual engloba las acciones o movimientos que se llevan a cabo cuando se experimenta ansiedad. Estos pueden ser directos (por ejemplo los tics, el tartamudeo, morderse las uñas o mover la pierna sin cesar); pero también pueden ser indirectos (evitar o escapar de ciertas situaciones para eludir el malestar que estas provocan).
Dentro de la respuesta conductual también se incluyen todos los comportamientos nocivos que las personas con ansiedad utilizan para aliviar o gestionar su angustia. Estos pueden ir desde abuso de sustancias (como tabaco, alcohol u otras drogas) hasta ingerir grandes cantidades de comida.
El triple sistema de respuesta nos ayuda a detectar y abordar la ansiedad
Todo lo anterior implica que la ansiedad va mucho más allá de una mera experiencia subjetiva, ya que también afecta al cuerpo físico y al comportamiento de quien la padece. Pero, además, nos alerta de que estos componentes pueden presentarse de forma independiente.
Es decir, una persona puede sentirse aparentemente tranquila y manifestar ansiedad a través de opresión en el pecho o problemas digestivos. Y, del mismo modo, alguien puede encontrarse bien físicamente y, sin embargo, darse atracones de comida que responden a la ansiedad.
Para identificar esta emoción (y cualquier otra) es imprescindible evaluar por separado los tres sistemas, pues puede que los síntomas se presenten de forma desigual en cada uno de ellos. Además, este análisis del triple sistema de respuesta también ayuda a que la intervención psicológica sea mucho más completa y, por ende, más eficaz. Trabajar los pensamientos, las sensaciones corporales y la conducta de forma específica incrementa el éxito de la intervención.

Por: Psicóloga Elena Sanz