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Problemas para conciliar el sueño durante la actual crisis

Son muchas las personas que están experimentando dificultades para dormir a causa de la situación actual. Incertidumbre, ansiedad, angustia, no saber qué va a ocurrir… Estas estrategias pueden servirnos de ayuda.

Un efecto de la situación actual son los problemas para conciliar el sueño. Son muchas las personas que tienen dificultades para dormirse, para lograr un descanso de varias horas seguidas sin despertarse a causa de una repentina ansiedad. Estamos, por tanto, ante una consecuencia más relacionada con la pandemia.

Es importante tener en cuenta un aspecto. Dormir bien es tan esencial como una correcta alimentación. Es más, el insomnio que se alarga durante semanas acaba debilitando a nuestro sistema inmunitario y, por tanto, puede hacernos más vulnerables ante el coronavirus.

Asimismo, en caso de que tengamos enfermedades previas, un mal descanso puede intensificar esas realidades.
Nuestro estilo de vida ha cambiado, hemos perdido las rutinas que antes pautaban nuestros días y ese cambio de hábitos también afecta de un modo u otro a nuestro sueño. Así, además de la evidente preocupación, se añaden más características que alteran que podamos disfrutar de siete u ocho horas seguidas de descanso.

Por tanto, estamos obligados a introducir pequeños cambios y estrategias adecuadas para cuidar de esta dimensión. Además de mantener una buena higiene de manos, es vital que cuidemos de nuestra higiene del sueño. Veamos cómo.

Problemas para conciliar el sueño en periodos de preocupación y crisis
Los problemas para conciliar el sueño durante estos días de incertidumbre, cuarentenas y ansiedad se manifiestan de diversas maneras. No es además algo que aparezca de un momento para otro.

Por término medio, las personas evidencian una sintomatología particular que no siempre se traduce en la imposibilidad de dormir por la noche. Son las siguientes.

  • Hay quien sufre bruxismo. Puede padecer el clásico rechinar de los dientes o, por el contrario, apretar la mandíbula con fuerza hasta el punto de sufrir dolor de cabeza al día siguiente.
  • Otras personas llegan hasta a su almohada con la mente hiperactivada. De pronto, empiezan a pensar, a preocuparse, a imaginar que puede pasar el día de mañana, a anticipar escenarios altamente negativos. Todo ese sobreesfuerzo mental alimenta la dificultad para dormir.
  • Por otro lado, pueden aparecer otros efectos. Uno de ellos son los despertares nocturnos. Las personas con ansiedad pueden despertarse de pronto con taquicardias y sudores.
  • Las pesadillas son otra característica común.
  • Asimismo, cabe la posibilidad de que no lleguemos a ese sueño REM más reparador en el que el cerebro y el cuerpo se reinician. Ese sueño ligero hace que tengamos la clara sensación de no haber descansado. Por tanto, experimentaremos cansancio o problemas de concentración.


Tal y como señalábamos al inicio, la falta de un buen descanso nocturno puede debilitar nuestro sistema inmunitario. No obstante, también aumenta la ansiedad y el estrés.
En un cuerpo cansado y una mente saturada incrementa la vulnerabilidad emocional y reduce, además, nuestra capacidad para reaccionar, para aplicar estrategias de afrontamiento.

Claves para mejorar el descanso nocturno durante la crisis del COVID-19
A la hora de abordar los problemas para conciliar el sueño durante la actual crisis es necesario entender un detalle: no a todos nos funcionan las mismas cosas. Se trataría en esencia de intentar introducir pequeños cambios en el día a día para descubrir aquel que más nos funciona.

Rutinas claras
El confinamiento ha alterado las rutinas que teníamos hasta no hace mucho. Es momento de definir unas nuevas para lograr que cuerpo y mente se habitúen. Ello implica, por ejemplo, ser rigurosos a la hora de acostarnos y levantarnos. Procuremos que sea siempre a la misma hora.

Cuidado con la infoxicación
Una de las mayores fuentes de estrés y ansiedad es el exceso de información, el estar pendiente de la última hora, del número de infectados y fallecidos.
Reduzcamos la exposición. Tenemos que estar informados, es cierto, pero no nos obsesionemos, de lo contrario, se elevará la preocupación y el insomnio.

Desconexión tecnológica una hora antes de acostarnos
Nos hemos habituado a pasar nuestras horas de ocio viendo series y películas en las plataformas digitales. Es un buen modo de entretenernos. Sin embargo, si tenemos problemas para conciliar el sueño, es necesario apagar estos dispositivos para evitar la exposición a la luz azul al menos una hora antes de ir a dormir.

Recordemos que este tipo de onda sobreexcita el cerebro y dificulta el buen descanso.
Después de cenar, que predominen las emociones positivas

Es importante que en las últimas horas del día intentemos alimentar el ánimo, las emociones positivas. Algo así pasa por hacer una llamada a los nuestros y disfrutar de un buen rato hablando de nada y de todo, recordando buenos momentos y las cosas que haremos cuando todo esto pase.

Asimismo, sería un buen momento para sumergirnos en actividades que nos entretengan, como jugar a algo con los nuestros, escuchar música, refugiarnos con un buen libro, darnos un baño relajante. Lo importante es llegar a la cama evitando que la sombra del COVID-19 nos asfixie.

Prueba la meditación
Bien es cierto que, para disfrutar de los efectos de la meditación, se necesitan varias semanas. No obstante, es un buen momento para introducirnos en ella y lograr algo esencial: relajar el cuerpo, calmar la mente, tener el control de nuestras emociones y pensamientos, centrarnos en el momento presente.

Vale la pena probarlo, vale la pena ir descubriendo día a día sus beneficios. Para concluir, si estamos empezando a tener problemas para conciliar el sueño durante la situación actual, apliquemos estas estrategias. Nuestra salud también depende de ello.

Por: Valeria Sabater