Psiconsultar Online

Proyectos personales que se ha llevado la pandemia ¿cómo afrontarlo?

Muchos de nuestros proyectos, sueños y metas se han venido abajo en medio de la pandemia. Se nos habla de la nueva realidad, cuando nosotros, añoramos nuestra vieja realidad. ¿Qué estrategias debemos aplicar para afrontar esta situación de cambio e incertidumbre?

Decía el filósofo Heráclito que el cambio es la única constante en la vida. Ahora bien, en ocasiones esos cambios llegan de manera abrupta partiendo nuestro presente por la mitad. Eso mismo es lo que estamos experimentando ahora, con todos esos proyectos personales que se ha llevado la pandemia, con esas metas que ahora están en el aire y también, con algún que otro sueño que ya se ha esfumado por completo.

Gran parte de los pequeños cambios y alteraciones que vivimos en nuestro día a día son, en su mayoría, manejables. A veces hasta los vemos venir y nos preparamos ante ellos. En otras ocasiones, el destino trae consigo la raíz de la adversidad, esa para la cual, carecemos de estrategias, soportes y paños calientes. Llegan, golpean e inmovilizan.

Así, la presente crisis del coronavirus se está llevando cual huracán puestos de trabajo y proyectos a corto plazo que ya teníamos casi conquistados, además de objetivos para los cuales, estábamos invirtiendo tiempo y esfuerzos. Ahora, todo ese universo se ha quedado en una antesala extraña, en el limbo más incierto o sencillamente, en la nada más difusa. En algo que ya nunca volverá.

El mundo nos habla ya de la obligación de poner la mirada en la nueva normalidad mientras nosotros, anhelamos la «vieja normalidad». ¿Qué podemos hacer ante esta situación? ¿Qué estrategias psicológicas deberíamos tener en cuenta?

Proyectos personales que se ha llevado la pandemia ¿qué podemos hacer?
Aunque no dispongamos de estudios, análisis y trabajos previos que nos revelen cuál es el mejor modo de manejar los efectos psicológicos de una pandemia, sabemos, por ejemplo, a qué debemos hacerle frente. Disponemos de investigaciones relativas a catástrofes naturales, bélicas o situaciones altamente adversas que nos dicen algo importante: cerca del 10% de las personas acaban sufriendo condiciones psicológicas graves, como un trastorno de estrés postraumático.

La Universidad de Columbia y el doctor Levy Galatzer realizó este trabajo en el 2018 en el cual, demostrar que había una estrategia que solía amortiguar ese efecto, y era la resiliencia. Se estima a su vez, que uno de los efectos de esta pandemia será sin duda la depresión y que la sufrirán un buen número de personas. Sin embargo, existen claves para minimizar ese efecto que ya deberíamos poner en marcha para transitar un poco mejor por el futuro que nos espera o como solemos decir ahora, hacia la nueva realidad.

Los eventos adversos como el que estamos viviendo ahora, puede paralizarnos o bien, convencernos de que tomemos medidas de afrontamiento y actuación. Algo que debemos tener claro es que los momentos difíciles no nos convierten de manera automática en personas más fuertes. La resiliencia no es  un piloto automático que toma el control cuando las cosas van mal.

Somos nosotros con nuestra actitud, disposición y enfoque personal quienes ponemos en marcha esa actitud. Así, ante todos esos proyectos personales que se ha llevado la pandemia, solo nos queda una opción: actuar, responder, reformular. Veamos cómo.

Aceptación, tiempo de duelo por todo lo perdido
Es imposible ponernos a planificar, a pensar o proyectar nada cuando lo que hay en nuestra mente es angustia. Un aspecto que debemos tener claro sobre la situación actual, es que la pandemia nos está obligando a llevar a cabo muchos tipos de duelo. No solo sufrimos por las pérdidas humanas.
Nuestra tristeza, ansiedad, frustración y miedo se concentra a su vez, por esos proyectos personales que se ha llevado la pandemia. Debemos vivir por tanto ese duelo, aceptando la nueva realidad, gestionando todo ese nudo emocional que a menudo, nos inmoviliza.

La vida es un viaje, no un destino: tienes que seguir reconstruyéndote
La pandemia no es nuestro destino, es una parte más de nuestro ciclo vital que vamos a tener que asumir, aceptar y manejar. Viviremos un tiempo junto a este nuevo escenario pero visualizando a su vez, un mañana. Esta crisis sanitaria nos ha obligado a poner en pausa nuestra realidad, es cierto, pero la vida sigue fluyendo y debemos avanzar con ella.

Lo que hagamos hoy, impactará en el mañana. Es cierto que muchos de nuestros proyectos se han esfumado como el humo que se escapa por una ventana abierta, pero seguimos formando parte de esa habitación. Seguimos viendo en ella y debemos abrir más ventanas al futuro. Hay que reconstruirse y ello implica lo siguiente:

  • Reformular proyectos a las nuevas circunstancias. Lo haremos siendo creativos, pero también realistas.
  • Hay que aceptar la incertidumbre, el no saber qué va a pasar mañana. Para ello, nos centraremos en esos aspectos de nuestra vida sobre los que sí tenemos control: nosotros mismos, nuestra actitud hacia el futuro, la disposición a adaptarnos a lo que venga siendo hábiles, despiertos, esperanzados.

Resiliencia, el material que alivia la pérdida y nos ayuda a mirar al mañana
Muchos de los proyectos personales que se ha llevado la pandemia no habrá manera de recuperarlos. Esa herida será inmensa y ese dolor es a su vez, colectivo. Porque el impacto de esta crisis sanitaria está socavando múltiples cimientos a nivel mundial. No estamos solos, pero también es cierto que solo nosotros mismos nos podemos sacar del presente abismo.

La resiliencia es ese tendón psíquico que nos permitirá atenuar el efecto del trauma, actuando y no resignándonos ante la situación actual. Sin embargo, algo que debemos entender sobre esta dimensión es que demanda acción, tanto mental como conductual. Hay que aceptar y actuar. Hay que manejar la angustia pero clarificar también, qué propósitos queremos alcanzar mañana.
Bien es cierto que habrá días en que nos fallará el ánimo y las ganas y que sea así, entra dentro de la normalidad. Sin embargo, hay que entrenar la mente en la acción y la superación, en dejar atrás lo que ya no tiene sentido para crear perspectivas nuevas, planes nuevos e incluso un nuevo yo más apto, fuerte y creativo capaz de crear su propio futuro. Pongámonos a ello.

Por: Valeria Sabater